- La historia de Mesopotamia es una sucesión de civilizaciones, iniciada por los sumerios hacia el 3.000 a.C. Estos son vencidos por las huestes de Sargón, rey de los acadios hacia el 2.350 a.C. Desde ese momento conviven dos importantes culturas: los asirios (Assur) al norte, y los babilonios (Babilonia) al sur, hasta que toda la región quede bajo dominio del Imperio Persa en 539 a. C.
- La sociedad era controlada por una fuerte jerarquía a cuya cabeza estaba un “lugal” (gran hombre), considerado como intermediario de la divinidad, y una casta de sacerdotes.
1. SUMER
- En Sumer florecen numerosos centros urbanos muy relacionados entre sí, como las ciudades-estado de Kish, Ur, Uruk, Lagash o Mari. Para llevar el control de los crecientes intercambios comerciales se perfecciona la escritura, que se llama “cuneiforme” por estar desarrollada con signos en forma de cuña. Es la época del poema épico de Guilgamesh, rey de Uruk hacia 2.650 a.C., en el que ya se menciona el Diluvio Universal.
- Los templos, con enormes escalinatas de acceso, se alzan sobre plataformas en talud, rematadas por una torre de la oración, un ejemplo es el Ziggurat de Ur III (fig. 1): delante del ziggurat, que presenta un aspecto muy sólido, con pocos vanos, se abren enormes patios abiertos, donde se congregaban los fieles. La escasez de piedra obliga a emplear el adobe o el ladrillo, a veces decorado, como material de construcción.
- En el interior de estos templos ha aparecido una gran cantidad de esculturas que no representan a los dioses sino a los hombres en trance de solicitar ayuda a los dioses, como es el caso de la estatua del Intendente Ebih-il de Mari (fig. 2): sentado en actitud orante, el rostro recibe diferente tratamiento al cuerpo; la cabeza se caracteriza por la minuciosa elaboración de la barba y las incrustaciones de lapislázuli en los ojos; el cuerpo, en cambio, es poco detallado y tiende a la forma geométrica; la figura lleva la típica falda sumeria, hecha con mechones de lana.
- De 2.500 a.C. a 2.360 a.C. se instala la Dinastía I de Lagash, que alcanza su apogeo con Eannatum. En este reinado la orfebrería y el relieve alcanzan una gran sofisticación:
- En la llamada Estela de los buitres (fig. 3) las imágenes y texto aparecen unidos para favorecer el carácter narrativo de las victoriosas campañas militares de Eannatum, el rey aplasta sin piedad a los enemigos, que son devorados por buitres (de ahí su título actual). Técnicamente se caracteriza por representar el rostro de las figuras de perfil y el resto del cuerpo con un punto de vista frontal. Es interesante comparar esta obra con el arte acadio (Estela de Naram-sin, que veremos a continuación); en el Estandarte de Ur (fig. 4), encontrado en un cementerio regio, aparecen escenas de guerra y conquista, en una cara, mientras que en la otra se describe la vida diaria en períodos de paz. Todas las figuras desfilan en procesión, pero en el registro inferior hay un intento de crear sensación de espacio a través de las patas de los caballos; el Toro de Ur, que forma parte de un arpa encontrado como ajuar funerario de la reina Subad, confeccionada en gran parte en oro, refleja ya un total dominio en la representación naturalista de los animales.
2. AKKAD
- El primer rey de este pueblo de origen semita, Sargón I (2.334 a.C. - 2.279 a.C.), derrotó al rey sumerio Lugalzaggesi y estableció la supremacía acadia en Mesopotamia, Siria y Asia Menor, llegando incluso a la isla de Chipre (fig. 5: Sargón I de Acad).
- Su nieto Naram-sin (2.254 a.C. - 2.218 a.C.) relanza el imperio acadio con nuevas conquistas, que ordena perpetuar en obras como la Estela de Naram-sin (fig. 6): esta enorme estela de dos metros supone la máxima exaltación del rey, que aparece de mayor tamaño que sus súbditos y con atributos divinos, como la tiara con cuernos; intenta crear un paisaje, con árboles aislados y una montaña, sobre la que aparecen astros, símbolos de diversas divinidades. Existe un busto que parece ser su retrato, Cabeza de Naram-sin, obra maestra del trabajo sobre bronce, alcanza un alto grado de belleza idealizada en el rostro y los labios, contrastando con la barba, muy detallada y agrupada en formas geométricas.
3. PERÍODO NEOSUMERIO
- Hacia el año 2.150 a.C. se unifican los reinos de Sumer y Akkad, consolidando una compleja burocracia e iniciándose transacciones que podemos calificar de bancarias, con préstamos a interés en la compra de productos, pruebas del alto desarrollo político, social y económico alcanzado.
- En general, es una época brillante para el arte, coronada con la figura de Gudea, “ensi” o gobernador civil de Lagash entre 2.141 a.C. y 2.122 a.C. Este poderoso gobernador, también poeta y arquitecto, inicia un intenso programa de creación y reconstrucción de templos, debiéndose a él también el encargo de abundantes obras escultóricas.
- Como ejemplo podemos citar la Estatua sedente de Gudea (fig. 7): la diorita de este retrato fue traída desde el valle del Indo; los brazos pegados al cuerpo insisten en la frontalidad, mientras que el rostro es una imagen idealizada; en su faldellín se describe el poder de Gudea y sus méritos ante la divinidad.
4. ASSUR
- El Imperio asirio se extiende entre 1.800 a.C. y 612 a.C. En su historia podemos distinguir tres períodos: Imperio Asirio Antiguo (1.800 a.C. - 1.375 a.C.), Medio (hasta 1.047 a.C.) y Nuevo (entre el año 883 a.C. y el año 612 a.C., fecha de la invasión de los medos).
- Su primera gran capital, Assur, toma el nombre del principal dios de este pueblo guerrero, del que hay noticias ya en el año 2.500 a.C. Pero pese a la gran cantidad de construcciones civiles y religiosas realizadas por los asirios, su arte viene determinado por la escultura. Hay mucha diferencia entre las estatuas de bulto redondo, por lo general muy rudimentarias, y los relieves, que suponen una de las cimas del arte universal.
- Los relieves representan animales (fig. 8: La leona herida, resultado final de una cacería de Assurbanipal, es una dramática imagen del dolor animal; se trata de un asombroso estudio anatómico en el que las patas delanteras, aún poderosas, arrastran el peso del resto del cuerpo, ya sin vida por la flecha que atraviesa su espalda), seres mitológicos o escenas de caza y guerra (fig. 9: Assur-nasirpal II cazando leones, como en toda la mitología mesopotámica se consagra la lucha entre el hombre y las fieras, hay una evidente intención narrativa que se esmera en describir minuciosamente a cazadores, animales y carros, tendiendo a la estilización y a las formas geométricas), llenas de vida y movimiento.
- También se fomentan otras artes, como el ladrillo vidriado o la pintura mural, de gran calidad.
5. BABILONIA
- Podemos establecer la existencia del imperio babilónico entre el año 2.000 a.C. y 539 a.C., fecha de su derrota ante el imperio aqueménida.
- El rey Hammurabi (1.792 a.C. — 1.750 a.C.), alterna su condición de guerrero (domina Sumer y Akkad) con reformas internas. El famoso Código de Hammurabi (fig. 10) resume toda la legislación vigente, en él se asignan derechos y deberes concretos a los tres grupos de población, los poderosos, el pueblo y los esclavos. Se trata de una estela de diorita de 2,25 metros de altura, en la parte inferior está redactado el texto del Código y en la superior esta representada en relieve una escena en la que Hammurabi se encuentra de pie ante un dios que le dicta las leyes y le entrega los símbolos de poder.
- También reglamenta la propiedad de tierras, muchas de las cuales marcan sus límites con las estelas llamadas kudurru, como en el Kudurru del rey Meli-shipak II, en el que en diferentes registros aparecen figuras de dioses, encarnados en animales, cuya presencia consagra jurídicamente la propiedad de esas tierras; a veces, incluso, aparece también el texto del contrato.
6. EL IMPERIO NEOBABILÓNICO
- El imperio neobabilónico (600 a.C. - 539 a.C.) comienza tras la muerte del rey asirio Assurbanipal. Es la época de Nabucodonosor II, que conquista Jerusalén en 598 a.C. y reconstruye las ciudades míticas de Mesopotamia.
- Es este el gran momento de la ciudad de Babilonia, que tuvo un perímetro de 20 Km., con doble muralla y ocho puertas de acceso, entre ellas la Puerta de Ishtar (fig. 11). La ciudad también contenía los Jardines colgantes de Semíramis, una de las siete maravillas de la Antigüedad, y la mítica Torre de Babel, objeto de la ira divina en la Biblia, que en realidad tuvo que ser un ziggurat. En el Palacio de Nabucodonosor II, la decoración se realiza a base de motivos geométricos, vegetales y de animales en procesión, tales como toros, dragones o leones, empleándose colores brillantes, predominando los azules y dorados, que dan sensación de lujo.
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