El arte egipcio es, quizás dentro del arte antiguo, el más conocido para los occidentales, ya que muchos de sus logros nos llegaron a través del comercio, primero de los fenicios y luego de los cartagineses; posteriormente Grecia y Roma absorbieron parte de sus soluciones estéticas, dándoles un carácter más democrático para ser utilizadas por todos los ciudadanos, superando el carácter religioso y aristocrático que tenían en Egipto. Este arte conserva una serie de particularidades a lo largo de su dilatada historia que lo hace parecer uniforme a lo largo de 3.000 años al que lo contempla de una forma rápida y sin profundizar en sus peculiaridades y evolución pero que tiene rasgos propios en cada periodo. Desde el 2.900 A.C. hasta el 30 A. C. los historiadores consideran en Egipto unas divisiones que sirven tanto para su historia política como para la artística. A continuación ponemos una somera tabla cronológica para facilitar la situación temporal de las obras de arte. Imperio Antiguo | 2900-2050 A.C | Imperio Medio | 2050-1570 A.C. | Imperio Nuevo | 1570- 715 A.C. | Periodo Etíope | 715-662 A.C. | Período Saíta | 662- 332 A.C. | Alejandro Magno | 332 A.C | Conquista Romana | 30 A.C. | El Palacio, el templo y los enterramientos nos han proporcionado información amplia sobre la arquitectura egipcia. El sistema de cubierta utilizado por los egipcios es el adintelado. El material es la piedra procedente de las canteras cercanas al Nilo, la madera es escasa y de mala calidad por lo que nos han llegado escasos vestigios. Utilizan la columna abundantemente provistas de unos capiteles característicos, inspirados en la flora de las orillas del Nilo: papiriformes , lotiformes o campaniformes, también existe el llamado capitel hathorico en el que figura la cabeza de la diosa Hathor. De los palacios, nos quedan pocos vestigios. Con toda seguridad fueron reaprovechados sus materiales en edificaciones posteriores, realizadas en los mismos lugares, sólo nos quedan bastantes restos del Imperio Nuevo de casas y palacios en la ciudad de Tell-el Amarna; el abandono que sufrió después de la abolición del cisma, ha hecho posible que llegaran hasta nuestra época. A causa del clima muy caluroso y del exceso de luz, las edificaciones no tienen apenas huecos al exterior; sobre la cubierta plana existían terrazas para aprovechar la brisa del Nilo y en la parte posterior, existía un jardín. De todas formas, la mayor aportación de datos sobre su arquitectura, nos la proporcionan las tumbas y templos. La tumba fue evolucionando en función de la democratización de la política religiosa. En el Imperio Antiguo, sólo el faraón y su familia tenían acceso a la vida de ultratumba, mientras que posteriormente, este privilegio se va extendiendo a todos los que podían pagar el complicado proceso ritual necesario para la conservación del cuerpo, necesario para acceder a la vida, después de la muerte. Esto supone, consecuentemente, encontrarnos con monumentos funerarios de distinta categoría, pero que nos aportan mucha información, no sólo del Faraón y los nobles, sino también de los funcionarios y agricultores. Tres son los tipos de enterramiento que utilizaron los egipcios: La Mastaba La Pirámide El Hipogeo En el Imperio antiguo, los enterramientos se realizaban en Mastabas. El nombre significa BANCO (en árabe), tienen en superficie la forma de tronco de pirámide rectangular. En esta zona exterior se encontraba una capilla, para las ofrendas, que los familiares y amigos, debían poner, para facilitar su alimentación durante el viaje ritual a la otra vida. Después se excavaba un pozo, que comunicaba con la cámara mortuoria, donde se depositaba el sarcófago y luego se cegaba, para evitar profanaciones. 1.- Pozo de acceso cegado 2.- Cámara mortuoria 3.- Sarcófago 4.- Capilla ofrendas 5.- Mesa para las ofrendas 6.- Serdab 7.-Estatua del muerto Existía otra cámara subterránea, llamada "SERDAB", que se llenaba con representaciones del difunto y de su vida activa, como apoyo de sus restos momificados, para lograr la vida de ultratumba. Las mastabas se organizaban en calles formando verdaderas ciudades de los muertos. Se conservan muchas en Saqqara y Abydos. |
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