La dinastía otoniana fue la dirigente en el Imperio Germánico durante el siglo X y parte del XI. Durante esta dinastía, al igual que había sucedido durante la carolingia, existió un deseo de utilizar las manifestaciones artísticas como expresión de poder.
Además, todas estas manifestaciones están especialmente arraigadas en la tradición carolingia. También se observa una fuerte conexión cultural con el norte de Italia y con Bizancio debido a los matrimonios entre emperadores germanos y princesas bizantinas.
De cualquier modo, las influencias bizantinas no sólo llegan al arte otoniano a través de esta vía directa, sino que también el norte de Italia, una zona especialmente bizantinizada, provoca la introducción de corrientes culturales bizantinas, en este caso de modo indirecto, a la corte germana.
Los monumentos del arte otoniano que se conservan son muy pocos, debido, sobre todo, a que fueron reconstruidos en época románica. Los más importantes son: el coro occidental de Essen, San Ciriaco de Gernrode,San Miguel de Hildesheim, la catedral de Spira y la catedral de Estrasburgo.
San Ciriaco de Gernrode
Iglesia de San Miguel de Hildesheim
Catedral de Spira
Catedral de Estrasburgo
Entrada con Archivolta de la Catedral de Estrasburgo
La influencia carolingia se ve en monumentos como el de Essen, en donde se adivina una inspiración directa en la capilla palatina Aquisgrán.
capilla palatina Aquisgrán
Pulpito
Planta y Alzado
Gargola
Sin embargo, pese a que hay muestras siempre remodeladas de que la planta centralizada fue utilizada en esta época con cierta asiduidad, en los templos otonianos adivina sobre todo el predominio de la basílica benedictina. Estas basílicas generalmente se dividen en tres partes:
- Los pies, donde se sitúa un macizo occidental similar al West Werk
- Un cuerpo central, formado por tres naves que presentan diferencias según la región donde se construye, diferencias que dan lugar a dos tipologías distintas:
- Tipo sajón: en donde los soportes que separan las naves alternan un pilar y dos columnas.
- Tipo renano: en donde la alternancia es más simple y consiste en un pilar por cada columna.
Aunque esta diferencia parezca un detalle insustancial, de inversión espacial de estos dos tipos de templo es muy diferente. La techumbre de las naves por supuesto es simple de madera.
- Cabecera, que tiene un gran desarrollo. El altar generalmente se coloca en el centro del crucero y lo que es propiamente el ábside sirve de coro y por tanto es donde se colocan los monjes. Debajo de la cabecera, generalmente bajo el ábside central, aunque hay veces que también ocupa la parte baja del crucero, se construía la gran cripta, puesto que el culto a las reliquias tuvo un enorme desarrollo en este periodo.
Era muy frecuente que estas grandes iglesias abaciales tuvieron puertas enormes esculpidas en bronce. Al parecer, la influencia llegó través de Italia por mediación de princesas bizantinas que precisamente por su origen tenían una relación muy estrecha con la abadía de Montecassino. Todo hace suponer que gracias a este contacto llegaron artistas bizantinos a la corte germánica y realizaron estas puertas conforme a las técnicas de función características del sur de Italia y del mundo bizantino.
Lo más importante es que en la propia Germania se crea un taller de escultura en bronce que va a influir enormemente en el este de Europa. Los talleres más importantes se van a establecer en torno a las regiones del Mosa y de la Lorena, por ejemplo en San Miguel de Hildesheim, en la que las puertas miden más de 5m. y están fundidas de una sola pieza.
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