Como en otras manifestaciones artísticas, la pintura gótica española recibe influencias de las corrientes góticas europeas.
Desde el siglo XIII hasta el XVI se produce una evolución que da lugar a tres variantes:
- Pintura Franco-Gótica o Gótico Lineal
- Pintura Italo-gótica o Gótico Internacional
- Pintura Hispano-Flamenca
Estilo Franco-Gótico o Gótico Lineal
En Francia, durante la segunda mitad del siglo XIII y la primera del XIV se origina la dificultad de desarrollar la pintura mural debido a la ausencia de muros en las grandes construcciones góticas. Ello provoca que el interés principal de la actividad pictórica se dirigiera hacia las vidrieras y las miniaturas.
En este contexto, la pintura románica precedente va a sufrir influencias italianas (clasicismo de las figuras y las composiciones) y bizantinas (ordenamiento simétrico, elegancia y el recargamiento lujoso de las imágenes)
Nace así la pintura gótica lineal o franco-gótica, aplicada especialmente a los libros miniados y las vidrieras.
Tanto en unos como en otras, la técnica de representación se cifra en hacer resaltar las figuras, de colores planos primarios (azul, amarillo, rojo) muy intensos (para imitar el efecto de las vidrieras) y recortadas por líneas, sobre el fondo monocromo. El resultado final no es radicalmente distinto al del románico, pero en la pintura gótica lineal se produce menor hieratismo y mayor movilidad, con ciertas emociones representadas en los personajes.
Los mejores vidrieras francesas del siglo XIII se enecuentran en Paris ( Notre-Dame y la Sainte-Chapelle) y Chartres.
La miniatura se caracteriza por los encuadramientos arquitectónicos, así como por la viveza cromática, el abundante empleo del oro, las orlas de temas vegetales y decoración historiada de las letras capitales.
Del Scriptorium de París durante la corte de San Luis nace el famoso salterio de la Reina Doña Blanca de Castilla y de San Luis, obra del primer tercio del siglo XIII.
En España, la pintura franco-gótica se desarrolla durante el siglo XIII y parte del XIV en Castilla y Aragón.
En España son muy importantes los libros miniados de carácter profano como Las Cantigas Santa María de Alfonso X "El Sabio".
La fusión de lo francés con lo hispano va a conferir a esta pintura un cierto mudejarismo que se detecta en los fondos planos dorados con decoración geométrica (a la manera árabe) que se emplean.
En el campo de las vidrieras, pertenecen a este estilo algunas vidrieras de la catedral de León.
También hay que destacar los frescos de la catedral de Salamanca.
En la hoya de Huesca hay diversos templos con pinturas murales como en San Miguel de Barluenga, Arbaníes, San Miguel de Foces de Ibieca, etc.
Nota: Fotos de Barluenga e Ibieca, gentileza de www.romanicoaragones.com
Estilo Italo-Gótico o Pintura Gótica Internacional
La pintura Italo - gótica o Internacional llega de la influencia de la escuela italiana de Siena (Duccio, Simone Martini...).
Een Españ se da en el siglo XIV, preferentemente en Cataluña.
Como característica fundamental, podemos decir que quiere fundir las características de la Escuela de Siena (líneas curvas) con las de la Escuela de Florencia ( figuras con volumen)
Corona de Aragón
Conocemos algunos importantes pintiores de este estilo, como
Ferrer Bassá
Es el autor de los frescos que decoran la Capilla de San Miguel de Pedralbes. En ellas se representan escenas religiosas: temas de la vida de Cristo: Nacimiento de Cristo, Adoración de los Reyes Magos, el ángel y las Marías en el Sepulcro, etc.
Los personajes adquieren carácter tridimensional, con colorido, y rostros ovalados.
Hermanos Serra
Los Hermanos Serra realizan, principalmente, retablos pictóricos. Constan de los mismos elementos que los retablos escultóricos. La técnica consuiste en pintura al temple sobre tabla.
Fueron los autores del Retablo de Sigena en que las escenas religiosas como la Virgen con el Niño muestran gran riqueza de colores con fondos dorados.
En la Virgen de Tobed, las figuras de la Virgen y el Niño adquieren gran tamaño. Bajo ellos, y de rodillas, aparecen los donantes: rey, esposa e hijos.
Corona de Castilla
Nicolás Francés y Dello Delli
Nicolás Francés es el autor de las escenas de la vida de San Francisco, el retablo de la Iglesia Mayor de Tordesillas y el Retablo Mayor de la Catedral de León.
Mientras, Dello Delli pintó el Retablo Mayor de la Catedral Vieja de Salamanca y los frecos que decoran la bóveda de cuarto de esfera de esta misma catedral con escenas del Juicio Final.
Estilo Hispano - Flamenco
Se desarrolló durante la segunda mitad del sig. XIV. Llega la influencia de los primitivos flamencos porque muchos han venido a decorar catedrales y habían creado escuelas o porque se ven sus obras.
Corona de Aragón
Luis Dalmau
Luis Dalmau fue un pintor valenciano que vivió en Flandes y donde acusó la influencia de la obra de Van Eyck.
Su obra maestar es la Virgen de los Consellers.
Representa a la Virgen con el Niño en el trono, flanqueados por los donantes en actitud orante (consellers) La composición es evidentemente simétrica.
Destaca también tratamiento de los paños. y el detallismo arquitectónico donde aparece con gran realismo la bóveda de crucería del edifico bajo el que transcurre la escena..
Jaime Huguet
En la pintura gótica de Jaime Huguet se puede ver en su pintura la fusión de lo cortesano y de lo religioso. Huget debió viajar a Italia a formarse con alguno de los artistas que difunden el italianismo.
Una de sus obras maestras es La Santa Cena. Aquí, la mesa ya no es una mesa circular como en la Edad Media, sino rectangular, lo que la acerca a un incipiente carácter renacentista.
Hay un espacio pictórico central (fuente de comida) que se cierra con Cristo y con los apóstoles. Huget dibuja como si grabara, de modo que la línea de contorno tiene mucha fuerza. Todo este interés por el dibujo, por el adorno de las telas, los nimbos, hizo pensar a Diego Angulo que este pintor se formaría con un miniaturista o un orfebre.
Corona de Castilla
Fernando Gallego
Fernando Gallego es posiblemente el pintor más importante de este periodo. Debió conocer bien la pintura de los primitivos flamencos y es posible que fuera allí en alguna de las expediciones que partieron desde Castilla.
Una de sus principales obras es el Martirio de Santa Catalina. La escena se desarrolla al aire libre. En el paisaje del fondo se aprecia un gran detallismo en los motivos arquitectónicos.
En el desnudo de Santa Catalina -contemporánea al Nacimiento de Venus de Boticelli- todavía no hay rasgos de la antigüedad clásica, sino que se trata de una figura medieval.
Otro hecho destacable es el caricaturismo con que pinta a los verdugos.
En el Retablo de la Piedad se muestra un realismo humanizado y dramático donde aparecen lágrimas, gotas de sangre.
Jorge Inglés
Jorge Inglés nació en Inglaterra y llegó a Castilla desde Flandes para decorar la Catedral Vieja de Salamanca.
En el Retablo de San Jerónimo émpleó una perspectiva totalmente flamenca (perspectiva radial) en que buscaba el recurso de dejar a la vista los fondos con paisajes y estructuras arquitectónicas.
También pintó el Retablo de Santa María de los Ángeles por encargo del Marqués de Santillana. Como antecedente claro del Renacimiento. Inglés pintó al Marqués y su esposa individualizados.
Pintura Gótica española durante el Reinado de los Reyes Católicos
Bartolomé Bermejo
Es un pintor que procedía de Córdoba. Tuvo amplia actividad en diferentes puntos de la Corona: Soria, Zaragoza, Toledo... Fue el primer artista reclamado por diferentes lugares para trabajar.
Su influencia fue crucial en los círculos de pintores anónimos.
A Bartolmé Bermejo se le considera actualmente como uno de los grandes genios de la pintura gótica.
Seguramente estudió en Flandes, pues se percibe una gran influencia flamenca (de Van Eyck, Van der Weyden, y sobre todo, de Dirk Bouts). Su perfecto conocimiento de la técnica al óleo refuerza aún más la idea de una posible estancia en Flandes.
Pedro Berruguete
Pedro Berruguete fue el primer pintor de la Corte de los Reyes Católicos que está documentado en la Italia del Renacimiento.
Nació en Paredes de Nava (Palencia). Por la relación de un eclesiástico de la Corte de los Reyes Católicos con los dominios de Florencia, viaja a Italia.
El Maestro de Montefeltro le llama para que forme parte de un foco de humanismo (del que también tomó parte Piero della Francesca) en el Palacio de Urbino. Allí decora el studiolo del Duque y le hace un retrato con su hijo.
Estas obras estuvieron atribuidas durante mucho tiempo a un pintor italiano, y en los años 50 se descubrió que pertenecen al propio Berruguete
Posteriormente, Berruguete vuelve a su tierra natal donde realiza el retablo mayor para la parroquia.
Una de sus grandes obras maestras es, sin duda, el Retablo Mayor de la Parroquia de Paredes de Nava, donde se representan numerosas escanas de la vida de de la Virgen.
Cuando vuelve a España, los Reyes Católicos lo reclaman para hacer los retablos de Santo Tomás de Ávila y San Juan de los Reyes.
Puesto que en aquellos duros años, la Inquisición censura las pinturas que se desvían de lo religioso, Pedro Berruguete experimentó un retroceso en su pintura, rechazando representar lo aprendido en Italia para no ser denunciado. Dejará esto para lo anecdótico (como, por ejemplo, el paisaje)
Otras de sus grandes obras son el Martirio de San Pedro mártir, el Retablo de Santo Domingo, Auto de fe. Autorretrato, etc.
Pintura Gótica en Italia
Introducción
La arquitectura gótica va a determinar las composiciones de la pintura en la Italia del siglo XIII. Al sustituir los grandes muros donde antes se disponía la pintura mural, por amplios ventanales hace que la pintura deba tomar otras vertientes dependiendo de la demarcación geográfica en la que se lleve a cabo.
Mientras en el resto de Europa se va imponiendo la pintura sobre tabla, generalmente en retablos sobre el altar, en Italia aún se continúa utilizando la pintura mural. Los nuevos palacios Ducales, como el de Siena, hacen que la pintura salga del ámbito eclesiástico y se imponga en la vida civil.
Existe en el mundo de la historiografía del arte la tesitura de denominar esta pintura italiana como Gótica o como precursora del Renacimiento, nosotros tomaremos como buena la denominación de Gótico Italiano pues es la más extendida en los manuales consultados.
Iniciado el siglo XII, a la vez que se desarrollaba el llamado estilo del gótico lineal en países como Francia o Inglaterra, en Italia se imponía un modo diferente. En el gótico lineal la importancia principal reside en el dibujo que limitan a los vivos colores.
En ellos interesaba más la vivacidad del pigmento que la degradación del color en función de la luz. Se intenta realizar un arte amable y sencillo, sin mayores pretensiones estilísticas que la belleza del dibujo y vivacidad del color. Ejemplos de este tipo de pintura serían las vidrieras y miniaturas de la Catedral de Chartres.
Sin embargo en Italia la influencia bizantina va creando ya en el Duecento unas formas que se concretaran en las escuelas sienesa y florentina cuyo esplendor máximo será el siglo XIV. Las características principales de esta pintura son la preocupación por la representación de la profundidad, lo cual nos conduce a la búsqueda de la perspectiva clásica.
Con respecto a la figura humana se comienzan a realizar estudios anatómicos del natural y se incluyen en las pinturas los estados anímicos. Es importante igualmente el valor dado a la luz como determinante en la matización de los colores en sus tonos y gamas cromáticas.
Duecento
Giunta Pisano
En el siglo XIII, se inicia el periodo denominado Duecento, destacando la escuela toscana. El mayor representante de este periodo será Giunta Pisano. Nacido en la ciudad de Pisa en torno a 1180 desarrolló su obra desde 1202 a 1235 siendo la zona de la toscana su mayor foco de atención, aunque llegó a pintar en la ciudad de Bolonia.
Especializado en grandes pinturas de crucifijos, crea un modelo de Cristo muy estilizado y con la cadera muy ladeada. El Cristo se encarama en una ancha cruz en cuyas terminaciones se representa escenas marianas o de san Juan Bautista.
La influencia de Bizancio es innata en sus crucifijos, pareciendo estas representaciones marianas, auténticos iconos. Las cruces no quedan lisas sino que se llena de entramados decorativos sobre los que parece apoyarse el cristo.
La técnica utilizada por el maestro pisano era la tela estirada sobre la madera con una preparación de yeso anterior a la pintura. Vecina a Pisa existió la escuela de Lucca con crucifijos pintados y la obra del taller de los Berlinghieri, con Cristos realizados según los cánones bizantinos.
El retablo toscano constituye una variante especial a los retablos europeos, ya que el tamaño de las escenas es mayor y más ordenado. El centro está ocupado completamente por la figura del santo al que se dedica, permitiendo la lectura de las imágenes por el fiel, lo cual entronca de nuevo con la intención renovadora de aproximar la doctrina a los creyentes.
Existió otra escuela de Roma de la que destacan los mosaicos de Jacopo Torriti en la iglesia de Santa Maria la Mayor, en los que se representa la Coronación de la Virgen.
En pintura, Pietro Cavallini desarrolló un magnifico Juicio Final en la Iglesia de San Cecilia en el Trastevere, a la vez que destacó en la técnica del mosaico en obras como las Historias de la Virgen de Santa María también en el Trastevere.
Trecento
Culturalmente el Trecento es un siglo privilegiado que contó con los primeros nombres reconocidos como genios: Dante, Petrarca, Giotto o Duccio son algunos de ellos. Sus producciones marcan un espíritu nuevo que pone al hombre y su voluntad en el eje de la creación artística.
La técnica utilizada en la Italia del Trecento es el temple, en el que se utiliza huevo como aglutinante de los colores. En algunas ocasiones se utilizaba cola obtenida de los huesos de animales. Será con la pintura holandesa, en el siglo XV, cuando se comience a utilizar la técnica del óleo, con el aceite como aglutinante.
Cimabue
El precursor de este periodo y con ello intermediario con la corriente del Duecento fue el florentino Giovanni Cenni di Pepo, más conocido como Cimabue (1240 - 1302). Suele ser considerado como uno de los fundadores del arte moderno y se cree que fue el maestro de Giotto.
Se hallaba en Roma en el año 1272 con seguridad y pudo haber recogido la influencia de la corriente clásica representada por Cavallini. Estos pintores de murales y creadores de mosaicos estaban particularmente interesados en conseguir un mayor naturalismo en sus obras y quizás Cimabue compartiese esta preocupación.
Aunque Cimabue fue un pintor de estilo bizantino, intentó liberarse de la imagen plana tradicional de la pintura de iconos. Con ello dio los primeros pasos en busca del realismo que ha desempeñado un papel tan importante en la pintura occidental.
Su obra más conocida es la Maestá, que originalmente estaba en el altar de la iglesia de Santa Trinita, en Florencia, y que se encuentra ahora en el Museo de los Uffizi. La palabra Maestá significa «majestad», y se utilizaba para hacer referencia a las pinturas de la Virgen y el Niño en las que María está sentada en un trono rodeada de ángeles.
Posee una gran dulzura y dignidad, sobrepasando en contenido emocional a las figuras rígidas y estilizadas de los iconos bizantinos. El tratamiento de la suave textura de los tejidos y el espacio tridimensional creado por el taraceado del trono en el que están sentados la Virgen y el Niño constituyen novedosas técnicas. En la parte inferior hay cuatro figuras bíblicas, simbolizando la fundación del reino de Cristo: los profetas Jeremías e Isaías bajo los arcos laterales, Abraham y el rey David en el centro.
Una de las pocas obras de la que hay documentos que atestigüen que fue realizada por Cimabue es una representación de San Juan que forma parte de un mosaico en el ábside del Duomo de Pisa, en cuya realización se hallaba trabajando en 1302.
Giotto di Bondone
El entorno en el que vivió Giotto fue muy activo desde el punto de vista artístico, religioso y filosófico, en una época de profundas transformaciones. A él se le atribuye el mérito de ser el creador del cuadro con significado propio y el precursor de los estudios de la naturaleza y el espacio que más tarde daría lugar al Renacimiento.
Fue contemporáneo de Dante, quien lo cita en "La Divina Comedia" (Purgatorio XI, 94-6)
'Oh vana gloria del ser humano -Créyose Cimabue de la pintura ser el señor- pero hoy domina Giotto y la fama de aquél es hoy oscura'
Otro de los escritores de la época, Boccaccio, en su Decamerón, lo alaba sólo 20 años después de su muerte con estas palabras:
'Giotto fue de tan excelso ingenio que con el punzón y los pinceles reprodujo tan exactamente las cosas de la naturaleza, que su obra no parece imitación, si no la natura misma; y a tanto llegó su arte que muchas veces los hombres se equivocaban, estimando por real lo que era artificio de la pintura'
Como ya hemos apuntado, las características de la obra de Giotto hacen que sea el iniciador de la pintura moderna. Su inspiración viene del natural directamente, ayudándole este hecho a romper con la estilización y hieratismo bizantinos.
La solemnidad de la figura humana se destaca a través del estudio anatómico y los estados anímicos de sus personajes. Todo ello representado en la dominación del espacio y con una luz que afecta tanto a la composición como al cromatismo de las tonalidades pictóricas.
Según la crónica de Vasari, Giotto nació en 1277 norte de Florencia, en el valle de Mugello, en la aldea de Vicchio, sin embargo otras fuentes apuntan a 1267 como año de nacimiento. Parece ser que sus primeros pasos como artista los dio con Cimabue, entre los diez y catorce años de edad, siguiendo a su maestro hasta la iglesia de san Francisco de Asís.
Cimabue fue el encargado de las pinturas de la Basílica superior y a su marcha llegaron de Roma otros talleres como los de Jacopo Torriti, lo cual hizo que comenzaran a trabajar varios talleres a la vez. Al cabo del tiempo Giotto comenzó a dirigir su propio taller.
Basílica san Francisco de Asís
El ciclo de frescos que Giotto desarrolla en la basílica superior dio a la pintura el primer ciclo narrativo sobre la historia de un santo. Las primeras pinturas fueron las referentes a los padres de la iglesia que represento en los plementos de la bóveda. En ellos ya observamos las características como la concepción espacial, la plasticidad, la riqueza en detalles, y la caracterización de la naturaleza en los personajes.
Poco tiempo después de haber terminado con los niveles superiores de paredes y bóvedas comenzaron los del nivel inferior de las paredes de la nave central. A petición de la orden franciscana en éstos se debía representar, a modo de friso, la historia y evolución del santo fundador.
Una de las escenas representa el pasaje de La donación de la capa, en la que san Francisco entrega a un pobre una costosa capa dorada. La escena se desarrolla ante dos alturas rocosas en cuyas cimas se alzan dos tipos de arquitectura muy diversa, una monacal y la otra civil, con la contraposición que ello suponía. Las laderas de las montañas convergen detrás del santo lo cual acentúa su posición tanto en el cuadro como en la vida.
Capilla Scrovegni Padua
Si en la Basílica de Asís Giotto desplegó sus primeras nociones en la revolución de la pintura, será en la Capilla Scrovegni de Padua (1302-1305) donde su arte alcance su mayor esplendor.
El paduano Enrico Scrovegni planificó la construcción de un palacio con una capilla aneja. De este proyecto sólo se conserva la capilla de una sola nave que Giotto colmó de pinturas al fresco. La bóveda de la nave está cubierta por un cielo azul oscuro sembrado de estrellas, mientras que sus paredes están divididas por bandas ornamentales a modo de friso.
En el muro oeste de la capilla Giotto reprodujo el tema del Juicio final, siendo su promotor uno de los representados entre los bienaventurados. Las aspiraciones de Giotto por crear una nueva forma de representar la imagen, los personajes y el espacio en relación a la superficie pictórica se ven colmadas en esta gran obra.
Tomaremos como escena destacada la escena de la Visitación de Maria (1302-1305) a su prima Isabel. En la imagen se disponen la virgen encinta que junto a dos acompañantes visitan a Isabel, embarazada de San Juan Bautista. Giotto acentúa el abrazo de ambas mujeres ante el pórtico mediante un intercambio de miradas cómplices, lo cual humaniza a las dos primas.
Bajo este fresco parece abrirse la pared adornada con mármol pintado, Giotto pretende hacernos ver una capilla con bóveda de crucería y una estrecha ventana con parteluz. Una lámpara cuelga de la clave de la bóveda lo cual muestra una profundidad ilusionista creando con ello un espacio ficticio.
Escuela Sienesa
La escuela Sienesa del Trecento se inicia con Duccio di Bonsegna fuertemente influenciado por los modelos bizantinos. El tema recurrente de su obra es la Madonna en Maestá que ya había desarrollado Cimabue y Giotto. La Maestá de la Catedral de Siena representa en su anverso la virgen con el niño en las rodillas, aparece entronizada y rodeada de un concierto de ángeles que sustentan su preciosista trono.
En el reverso se desarrollan temas evangélicos en los que la influencia decorativa bizantina es la inspiración de Cimabue. Para la iglesia de Santa Maria Novella se realizó la Madonna Rucellai de similares características y que en la actualidad se encuentra en la Galería Uffizi de Florencia.
Simone Martini, nacido en Siena en 1284 y fallecido en Aviñón en 1344, fue uno de los más importantes pintores de la escuela sienesa. En 1315, el Comune de Siena decidió decorar una de las salas del Palacio público con la imagen de la patrona de la ciudad: la Virgen. Para ello Simone Martini realizó el la imagen de la Virgen, reina de la ciudad, para que presidiera las deliberaciones y asuntos de estado.
La imagen mariana se rodea de los santos patronos, los mismos que acompañan a la Madona en el altar de Duccio, teniendo a sus pies varios ángeles arrodillados.La Virgen ya no es la delicada silueta bizantina de Duccio, sino una elegante dama, con los cabellos rizados, ojos dulces y labios delicados. Porta corona real, como las Vírgenes francesas a diferencia del modelo bizantino. Los santos y apóstoles que rodean a la Virgen del Consejo conservan la tradición de Duccio, con su calma aristocrática, apenas sin expresión anímica.
Los Hermanos Lorenzetti, Ambrogio y Pietro, también sieneses, realizaron obras marianas en las que se introduce el concepto de 'coloquio maternal'. Éste se refiere a las expresiones de tristeza de madre e hijo al mirarse. Ambrosio interviene en el gran mural del palacio comunal de Siena en el que se representan Las alegorías del mal y buen Gobierno.
La imagen de la ciudad, su ambiente, sirve de marco para introducir las alegorías, reencarnadas en personajes femeninos. Destaca la figura de la paz, prototipo de la belleza ideal del Trecento.
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